miércoles, 1 de abril de 2015

CARTEL



 
Uno de los fenómenos visuales que vive el ser humano constantemente es la percepción de la gran cantidad de imágenes que llegan a sus ojos. El cartel es un elemento que participa en la rica variedad de la imagen por medio de su propio lenguaje, sus convencionalismos y la familiaridad con que hoy es aceptado, por lo que es un medio gráfico muy importante por su versatilidad, funcionalidad e impacto visual.

Existe una gran variedad de tamaños y formatos en el cartel, van  desde el tamaño pequeño que encontramos en el autobús o vagones del metro; los medianos que generalmente están pegados en los muros o aparadores de las tiendas más conocidas o concurridas; los grandes, que podemos encontrar en los andenes de las estaciones del metro o en la parada del autobús; los espectaculares, aquellos que podemos ver en lo alto de los edificios sin embargo, la medida más característica es la de 70 por 100 cm.

El tamaño de los carteles se determina con base al tipo y número de espectadores que va a recibir la información del cartel. El tamaño pequeño que vemos en los autobuses o vagones del metro, tiene la finalidad de ofrecer una forma de entretenimiento al usuario de ese transporte, así, el que viaja en el metro recibe una información más detallada, tanto en imágenes gráficas como en textos, porque el espectador tiene más tiempo, entre estación y estación, para poder captarla.

El tamaño mediano y grande que encontramos en los andenes del metro, están elaborados con textos más cortos e imágenes más simples, entendiendo por simplicidad el menor número de elementos, ya que el tiempo que permanece el espectador en el pasillo es bastante corto, unos minutos en lo que espera la llegada del metro o segundos en los que baja y sube la gente al metro. Por lo que podemos deducir que el tamaño de un cartel se establece con base al número de espectadores y el tiempo que estará frente a él. Por lo que el éxito de un cartel, entre otros aspectos se debe a los siguientes aspectos:

        La información debe ser breve.

        Debe de existir una adecuada selección de imágenes y textos, colores y tipografía.

        Su imagen se debe distinguir fácilmente entre la gran cantidad de anuncios que están a su alrededor.

        Un diseño que permita la fácil recepción del mensaje y que después se pueda recordar sin dificultad.

Históricamente se desconoce el origen del cartel; algunos teóricos nos hablan de ciertas leyes grabadas en la antigua Grecia por medio de dibujos y tallas sobre piedra; otros se refieren a la invención de la imprenta como el factor de desarrollo para el cartel tipográfico. Lo cierto es que el cartel como lo conocemos actualmente surge con la obra de Jules Cheret, Henri de Toulouse Lautrec y Alfons Muncha, personajes que le dieron un gran impulso y prestigio al cartel publicitario, ofreciéndonos una combinación del arte pictórico con el lenguaje popular, dando como resultado una imagen visual sencilla y directa,  pero de un gran sentido estético que le da al cartel un carácter artístico.

El cartel ha tenido influencia de otros estilos, formas de expresión o movimientos sociales, la historia del cartel es una muestra de cómo el mensaje se ha llevado a su mínima expresión, una imagen que debe de comprenderse rápidamente en medio de ese ajetreo urbano, donde la mayoría de las personas no tiene tiempo para detenerse a observar, mucho menos para leer textos complejos o extensos, y que en ocasiones no resultan de su interés. Iván Tubau define al cartel como "un grito en la pared", aunque agrega que "hoy sigue habiendo carteles que gritan, pero hay otros que dialogan, sugieren o despiertan.... sin aullar"[1]. Otra definición que podemos encontrar es la que nos presenta Raúl Beltrán, y que dice que "el cartel es un papel pegado en la pared y una vía de comunicación para difundir ideas"[2], concepto que nos ayuda a comprender que el cartel no es simplemente un papel que se pega con el fin de vender u ofrecer un determinado producto, su misión va más allá, no solo nos grita el mensaje, sino que se convierte en un medio para expresar ideas y hasta sentimientos, producidos por los acontecimientos de la vida diaria, tanto en lo personal como en lo social.  

Ahora bien, para crear un cartel, debemos conocer a fondo el contenido de la información. Con la forma nace el atractivo; el color es fundamental, pues llama rápidamente la atención del espectador y actúa psicológicamente en él. Un cartel magníficamente compuesto no cumple su función si los colores están mal escogidos o armonizados.

En su realización, se deben de tomar en cuenta las siguientes consideraciones:

Impacto.- Es la fuerza que visualmente adquiere la imagen, producto de la adecuada selección del color, contraste, tipografía, formas o composición de elementos.

Información.- El objetivo principal del cartel es enviar un mensaje al receptor, transmitir la información que despierte el interés del lector.

Persuación.- Es el modo en que se crea en la mente del espectador situaciones ideales que producen sentimientos de satisfacción, seguridad, confianza, credibilidad, conceptos que ayudan a convencer que lo que se informa o promueve es lo mejor.

Economía.- El cartel es un vendedor de ideas, un merolico que llama la atención, conjuga su fuerza comercial con su valor estético, y todo esto con un mínimo esfuerzo. Si el cartel es original, impactante y sustancioso produce una reacción positiva, por lo que resulta barato para quien lo produce y gratuito para quien lo recibe.

Función educativa.- Transmite al espectador ideas que promueven un cambio de conducta, corregir o adquirir hábitos que son en beneficio de su desarrollo personal, por lo que puede utilizarse como un medio de educación visual.

Función estética.- Desarrolla en el espectador nuevos gustos, nuevas formas de apreciar y comprender lo que es bello, agradable y armonioso.

Por todo lo anterior, podemos afirmar que el cartel es un instrumento de gran  trascendencia como medio publicitario, su finalidad principal es la de llamar la atención, despertar el interés e invitar a las personas a realizar ciertas actividades de carácter individual o colectivamente. Estas actividades pueden ser de tipo:

Oficial.- Se refieren por ejemplo a las campañas de vacunación, el pago de los impuestos, medidas de seguridad e higiene, o el aprovechamiento de los servicios públicos.

Comercial.- Anuncios que promueven la adquisición de productos, bienes y servicios profesionales o técnicos, como los que ofrecen las tiendas de servicio, venta y reparación de aparatos domésticos o industriales, bufetes de abogados o arquitectos, talleres mecánicos, etc.

Cultural.- Actividades relacionadas con el teatro, cine, música, congresos, conferencias, actividades académicas promovidas por institutos o universidades, así como aquellas que tienen como fin  promover el turismo.

Político.- Las actividades que ayudan a la propaganda en favor de un partido político, un sindicato, una asociación civil, grupos de colonos, trabajadores, campesinos, etc.

En la selección de los elementos que ayudan a la realización de un cartel, existen técnicas y medios gráficos como la fotografía y la caricatura que son recursos auxiliares de gran ayuda. La fotografía es bastante utilizada, sobre todo en motivos turísticos; la caricatura, gracias a su buen humor, hace más accesible al cartel.

ESTRATEGIAS DE APRENDIZAJE Y EVALUACIÓN.

Utilizando ¼ de cartulina ilustración blanca, realiza el diseño de un cartel, tomando como motivo del mismo una campaña de carácter social, en el cual apliques los conocimientos adquiridos en este curso. Observa los ejemplos que a continuación se presentan y desarrolla tus propias ideas, sin olvidar los aspectos que llevan al éxito de un cartel como son:

·         La información debe ser breve.

·         Debe de existir una adecuada selección de imágenes y textos, colores y tipografía.

·         Un diseño que permita la fácil recepción del mensaje y que después se pueda recordar sin dificultad.














 




[1]Tubau, Iván. Dibujando carteles. Ed. CEAC. España, 1987. p.30.
[2]Beltrán, Raúl. La publicidad en medios impresos. Ed. Trillas. México, 1992. p. 39.

No hay comentarios:

Publicar un comentario